jueves, 8 de septiembre de 2011

07.09.2011


He comenzado el día regresando al Gym. La gente es la misma, la recepcionista tiene la misma geta de insatisfacción, y por lo menos los asistentes de ayer están igual y como me fuí, a no ser que se moldee mi cuerpo en este mes, les propondré a ellos demandar a los instructores, la culpa será de ellos, siempre. 
He bajado el nuevo disco de Dionne Bromfield y estoy actualizando mi biblioteca musical con Bowery Electric, Doctor Vudú, Anika, etc.
La idea de ver a Aurora me parecía chingona, hablaríamos de mi viaje, de su embarazo, de nuestro proyecto de creación literaria experimental y demás pendejadas que se nos ocurrieran -que no es difícil-. El resultado de poco más de tres horas de plática era lo esperado, reímos con las imitaciones de la "mafia italiana", sorpresas sobre la noticias de gente en común -el chisme es indispensable-, habría que "ellear" también y nos contamos lo relevante en nuestra lejanía. Fue un gusto mutuo vernos en el mismo estado de barriga como cuando me fuí, ella me imaginaba más puerco y cachetón por el viaje y yo con ella embarazada dije: "vamos a verle la panza y los senos" por lo preñada, claro está.
Más tarde estaría con Isabel y su novia Gio en la Zona Rosa, a Isa como siempre, habría que ponerla al tanto de las cosas. Después de un fuerte abrazo y un beso nos fuimos al café Emir, las risas no tenían porque esperar y la nuevas tampoco. Gio como siempre linda y atenta a mis pendejadas, Isabel con ese ojo gay inquisidor sobre su prima la homófoba y claro, yo haciéndole segunda sobre lo cual hija de puta que es. Al igual que Aurora, Isa supo los motivos de mi regreso tardío, las aventuras y los motivos de ciertas frustraciones -como el concierto cancelado y la muerte de my girl la Winehouse por ejemplo-; así como las emociones, las sonrisas y el placer de Lisboa y Patxi, entre otras cosas.
Gustavo llegó al café poco antes de lanzarnos al show de Bieletto y Cabral: "Mamita querida", me dijo sobre sus ligues fugaces y excitantes del metrobus; roces, paquetes, miradas, teléfonos, arrimones, erecciones y si se da el chance un poco más; aún me asombra la forma en la que cuenta y disfruta el metrobus, es Rita la reina del metrobus. En verdad que la familia es total y completamente disfuncional, única por supuesto. 
Bieletto me había avisado que fuera a ver el show y que sería en el lujosísimo Cabaretito Fusión -TRUSH!-. Es la historia de una madre y su hija en pleno bufe escénico, con rivalidades físicas y de actuación, como siempre Bieletto hace reír cabronamente, al principio sentí lento el show, las luces un tanto raras pero con el trasncurso de la obra mejoró bastante, para variar me la pasé genial, y Rita -que de día y en horas laborales de hace llamar Gustavo- también se la pasó chido, en chavas.
Al terminar el Show nos fuimos a echar un trago en el New Vaquero, había mucho maricón dolido, pues la música era para llorar, entre Intocable, el Rivera, la Sebastian, la Fernandez y hasta la cumbia de Simón, el gran varón, el puti himno ochentero. Bieletto me echó un fon y los alcancé en el Sanborns, tomé un par de tazas de café y luego les dí un aventón a Iván, Cabral y Bieletto, a sus respectivas casas.
Bastante entrada la madrugada me dispuse a dormir pensando en la satisfacción de ver a quien es necesario, la semana ha quedado completa: Israel, Erick, Eliza, Uriel, Joaquín, Gustavo, Aurora, Isabel, Oz, Bieletto, Pepe, falta un@ que otr@ pero ya habrá tiempo, la putería no espera, no tanto.
Es curioso darse cuenta de lo que uno disfruta o no disfruta cuando habla de lo que le ha sucedido.

A la Saudade, que a cada día me asalta...

La naturaleza de este diario será que se escriba todos los días durante un mes, de madruaga, por el día o por la noche, pero serán treinta entradas (uuuyy), un tanto experimentar y el ocio que genera las circunstancias.


Tópicos de hoy: Chisme lavandero, Bilbao, hormonas, estrés matrimonial, infidelidades, chilpayates, putería, amor fugaz, poliamor, Dub, arte basura, homofobia gay, Patxi, el papa Benedicto, gordura.







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